Capítulo 9: Leonida Pérez, la balompédica galga de El Bonillo



El tal ibérico mamoneo de concesiones, contratas corruptas y oligopolios no se crean ustedes que es un invento de la Transición. El siglo XIX, amigos, fue especialmente fértil en cuanto a ibéricos chanchullos y Albacete no iba a ser menos. Recordemos que una Sociedad con capital vasco (la futura Talgo), castellano (el Marqués de Salamanca) y británico (Lancanshire & Yorkshire Railways) abrió en Albacete la extinta fábrica de locomotoras Mikado en 1894 para abaratar los costes causados por errores de medición en las vías. La fábrica, sita en la actual calle Zamora, vio nacer entre sus maquinarias el primer equipo de foot-ball de la historia de Albacete, el Locomotoras Albacete Balón Pie, fundado por el ingeniero inglés John Hulse y los trabajadores de la empresa.
Fabricación de locomotoras en Albacete a finales del siglo XIX

Pero si dicha empresa se dedicaba a fabricar locomotoras, es obvio que habría algo que transportar con ellas. Don José de Salamanca invirtió con similares compañías en la apertura en Alcázar de San Juan de otra fábrica, apoyado a nivel local por el empresario don José María Villamar y Rodríguez. Ambos abren una factoría dedicada a la fabricación de vagones de tren, estrechamente ligada con la actividad de la estación de Alcázar, nudo ferroviario de las líneas a Madrid, Alicante y Córdoba.
Postal con fotografía de la estación de Alcázar de San Juan en el cambio de siglo, recogida en todocoleccion.es

La estratégica situación de Alcázar de San Juan le otorgaría con los años una posición de privilegio industrial, monopolizando el sector y convirtiendo a la vieja villa manchega en todo un Wolfsburgo español. Hasta 5000 trabajadores directos e indirectos llegan a registrarse, por lo que el vínculo del pueblo con el ferrocarril es esencial. Especialmente lucrativo fue el negocio del coche de lujo, muy demandado en el Imperio Austrohúngaro y Rusia.
Puesta a punto de vagones de lujo en Alcázar de San Juan

"Doctor, deje de enrollarse y vamos al balompié". Venga, vale, impacientes. En una comunidad tan amplia era cuestión de tiempo que germinara la semilla del foot-ball en Alcázar de San Juan, y son hasta cuatro los grupos registrados en los archivos -sólo menciones- hasta 1900. Pero entre ellos hubo uno que se irguió por encima de todos, registrado como Alcázar Foot-Ball, que brilló a finales del siglo XIX por haber transcendido los marcos de la gimnasia local y obrera. El Alcázar F.B. no era más que una selección de los mejores jugadores de los diferentes grupos balompédicos de la villa manchega. Se compuso ad hoc para la historia que voy a contar, siendo tal su fama que derivó en la formación del C.D. España, que a su vez se fusionaría posteriormente con el Betis Manchego y el Gimnástico, dando lugar al más conocido -y ya extinto- Club Gimnástico de Alcázar. No son de extrañar estas convergencias de la época, pues igualmente el Locomotoras Albacete Balón Pie terminaría en múltiples procesos de fusión hasta parir en 1940 el Albacete Balompié.

Alcazareños que jugaron contra el Locomotoras A.B.P.

El caso es que para 1899 eran ya conocidas por La Mancha las andanzas de los zanguangos del Locomotoras, todo un meme tardovictoriano, y no tardaron en llamar la atención de los ferroviarios centromanchegos, organizando ese verano un partido en Alcázar para su feria local, y otro de vuelta en la Feria de Albacete, ya que ambas son consecutivas. Todo se hace a beneficio del sindicato, sobre todo para ayudar a las familias de los reservistas que quedaron tullidos en la Guerra de Cuba (1898) y no podían volver al tajo.

Sin embargo, corría por la Mancha el rumor de que el cura de la principal parroquia de Alcázar de San Juan, don Nicanor Arrazábal, tenía bendito el pueblo, la estación y la empresa. Don Nicanor era muy -pero que muy- aficionado al atletismo, y no iba a dejar pasar esta ocasión. Los rumores volaron por los raíles de la línea Madrid-Alicante y un compungido Manganeso, el gitano que deleitaba el balompié albaceteño, no iba a permitir que dios intercediera por los vagoneros:
Reddite ergo quae sunt futbolis, futboli et quae sunt Dei Deo.


Varios interventores transportaron las demandas del supersticioso romaní de que se retirase el párroco hasta que el Alcázar Foot-Ball aceptó jugar sin la presencia de don Nicanor. Todo listo, pues, el Locomotoras Albacete Balón Pie se presentó el 4 de septiembre de 1899 con este temible escuadrón.


Empieza el partido, y sabemos que van ganando los Alcazareños 2-0 ante la frustración de las Locomotoras cuando, de repente, un manchego pisa a Aberroncho, que cae en posición fetal a lágrima viva. El juez decreta un tiro libre y de pronto se oye:
-Christus vincit, regnat, imperat; ab omni malo plebem suam defendat.

El Manganeso estira las orejas cual liebre y se acerca al calvo futbolista, que no había intervenido con atino pese a momentánea victoria. Pecadores y herejes lectores: recuerden que en 1899 la misa era en latín. Esas palabras ahora suenan poco, pero en el XIX todo hijo de vecino se sabía la liturgia a base de repeticiones. En vulgar castellano, el futbolista dijo:
- Cristo conquista reina y manda. Él puede defender a su gente de todo mal.
El Manganeso entra en cólera y señala al supuesto clérigo en el terreno de juego:
-¡Un pita-santa, un pita-santa!-, gritaba el gitano, inquisitivo y escéptico;
- Habís metío al cura pa hacer trampas.
Palmas al cielo de los locales hasta que Aberroncho tiene una idea:
- Traer al cura y asín sabemos que nostá.
El partido se detiene y comienza un tira y afloja hasta que los locales aceptan, y aparece un tipo con sotana y alzacuellos entre el gentío, saludando a las gentes con índice y corazón pegados.
Los albaceteños se dan por contentos, hasta que vuelve a vocear el Manganeso:
- Ese ni es cura ni es na.
Así que vuelve el tira y afloja hasta que el gitano futbolista le dice:
- Rézame la protección del señor-, siendo la frase que le había oído al arlequinado calvorotas.
- ¡Christi vinchi reñi imperi!-, y justo se oye al calvorotas protestar:
- ¡Lerdo jumento: vincit, regnat, imperat! ¿Qué vinchi ni qué diablos?-; barbillas al suelo, gaseosa en el culo del Manganeso, y partido dado por ganado al Locomotoras Albacete Balón Pie con resultado de 0-2 por incumplimiento de lo acordado.

Una semana después, se presentan los arlequines en Albacete para jugar la vuelta, y los locales presentan un prometedor, diminuto y ágil joven de El Bonillo: Leo.

Volvemos a la cancha y empieza la cosa con 2-0 para los locales, con un 4-0 del global. Los hombres del Alcázar Foot Ball se desesperan y empiezan los palos, que son correspondientemente devueltos por los locales. Participan todos de este sucio fútbol, excepto Leo, quien precisamente había anotado los dos goles locales. Sigue llevándose palos el escuálido joven hasta que un defensa le pisa por detrás y se arma una tangana, volviéndose el bonillero para insultarle desde lejos.

Al no entrar físicamente en la tangana, Leo es perseguido por su agresor para atizarle una tollina como multa por el insulto. Ambos se enzarzan hasta que el grandullón defensor alcazareño se pone de pie de repente, mira a bonillero boquiabierto y se va en silencio. Musita algo a sus compañeros, y se arma la zapatiesta: ¡Leo es una mujer! Leónida Pérez Muñoz, natural, eso sí, de El Bonillo, era con creces la mejor futbolista de Albacete . Sin embargo, no pudiendo las hembras votar, ni mucho menos van a participar en atletismos con hombres a menos que sea para dar el callo y doblar el lomo, claro está. En Locomotoras A.B.P. sabían que con su calidad no se podían permitir caer en semejantes tonterías, así que la disfrazaban de muchacho.  El partido, pues, se da por perdido para el Locomotoras A.B.P. con resultado de 0-2 por alineación indebida. El asunto se resolvió con una copiosa comida de feria con dos cabritos vilmente asesinados para regocijo de atletas, incluida la buena de Leónida, aunque no de don Nicanor.

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